Los poetas de este efímero instante frio
y calor, era lo único que podía sentir
en el potente e intolerable viento fatal. Con sus átomos,
moléculas y electrones volaban
fiebrilmente jugando con sus pieles,
se desgarraban y caían lentamente de las paredes
violentas plagadas de palabras,
rimas y canciones era lo único que se escuchaba.
Crueles susurros amarillos, que rondaban por todo su alrededor
de sus ojos, sólo se podía reflejar miedo
eventual de esta mañana austera de Diciembre.
Fue el nombre del último mes en que lo vio.
quelindoloqueunoescribeavecesinestardeltodoconciente.
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